EL FIN DE UN MATRIMONIO PERFECTO
Muchas veces el fútbol es ingrato. Los resultados mandan en un deporte en el que, lamentablemente, es más sencillo despedir a un entrenador que a once futbolistas.
Burnley es una ciudad triste. Rodeada de grandes urbes como Liverpool, Leeds, Manchester y Sheffield, apenas tiene 74.000 habitantes. Como buena ciudad inglesa, ha basado su crecimiento en la revolución industrial y fue en esa época cuando se convirtió en el máximo productor de algodón a nivel mundial. Pero, lamentablemente, los años de bonanza se terminaron y con el crecimiento de las grandes metrópolis de su alrededor, Burnley ha quedado obsoleta. Al igual que ocurre en la comunidad de Madrid con Getafe o Alcorcón, Burnley se ha convertido en lo comúnmente llamado ciudad-dormitorio.
Pero si algo caracteriza a la ciudad es su equipo de fútbol. Está en una zona llena de buenos equipos, lo que hace muy complicado ser del Burnley FC. Los clarets, apodados así por sus colores, fue uno de los equipos fundadores de la Football League en el año 1888. Lo que poca gente sabe es que durante los años 20 fue un equipo de relativo éxito. Cosechó dos títulos de liga, así como un subcampeonato, pero también tiene historia en Europa. Durante la temporada 1960-1961 alcanzó los cuartos de final de la Copa de Europa y más recientemente se clasificó para la Europa League, aunque cayó eliminado en la cuarta ronda de clasificación, la última, ante Olympiakos.
Sin embargo, lo que nos trae hasta el Burnley es el reciente despido de su entrenador, Sean Dyche. Sean fue un futbolista de bajo calibre, típico inglés, tosco y agresivo, que discurrió su carrera en equipos de la mitad alta de la pirámide del fútbol británico. Tras su retirada, la primera oportunidad en un banquillo le llevó hasta Watford, equipo donde había jugado anteriormente. Al bueno de Dyche no le fue mal con los “hornets”. Un balance equitativo y una efectividad del 46% le hizo recibir la llamada de un Burnley que buscaba dar un paso adelante en cuanto a mantenerse en la Premier League.
En su primera temporada Dyche consiguió ascender a la máxima categoría del fútbol inglés con una plantilla bajo mínimos y un presupuesto muy reducido. Esta primera temporada sirvió para conocer bien la labor del técnico. Pese a descender en la temporada posterior al ascenso, al curso siguiente volvió a conseguir el ascenso con una increíble racha de 23 partidos sin perder y esta vez como líder. Tras volver a sufrir salvándose sobre la bocina, la magia de Dyche salió a relucir y metió al Burnley en la séptima posición, clasificándose para Europa como anteriormente hemos mencionado. Pese a clasificar para Europa, el club no hizo grandes gastos en fichajes, prefiriendo mantener la salud económica y volvió a salvarse sobre la campana, con una diferencia de 6 puntos. Todo cambió con la llegada de nuevos propietarios. La empresa americana ALK Capital adquirió un 84% de las acciones del Burnley por un valor de 170 millones de libras esterlinas, siendo la primera vez que alguien no local tenía el control del club.
La paciencia de los americanos se agotó con Dyche y pese a mantener al equipo seis milagrosas temporadas consecutivas en Premier League, el fútbol volvió a ser ingrato con los técnicos y un matrimonio que parecía perfecto llegó a su fin.
📝 | Álvaro Mateo

